Quizás el día es hoy

INAUGURATION DAY

Imagen: USA Today

12.00 horas del día en que se rompieron las cadenas.
Recibo un correo electrónico de la presidenta de los demócratas en Cataluña, Rebecca Lewis. "La respuesta de la gente es increíble para presenciar este histórico evento aquí en Barcelona", cuenta en inglés. Las invitaciones corrían desde hace días bajo el título Yes we did / Obama inauguration party! Es una fiesta organizada por Democrats Abroad en el céntrico Hotel Le Meridien de las Ramblas. La entrada cuesta 15 euros, incluidas las grandes pantallas, la música en directo y "tapas, cerveza y vino". Lewis teme que se formen grandes colas a la entrada y pide "buen humor y paciencia" a los que no han optado por la venta anticipada.

16.30 horas del día en que se eliminaron los bares con barreras.
La fiesta comienza oficialmente a esta hora y se alargará hasta las once de la noche, "la hora de irse a casa", según especifica la invitación. El plan de la tarde es denso. Antes del discurso de Obama, las pantallas gigantes ofrecen programas de humor e imágenes deportivas y la presidenta Lewis hace un breve discurso de bienvenida. Siempre según la invitación oficial. A partir de las seis, el discurso del presidente Obama, "más fiesta y socialización", música rock en vivo...
Mañana sabré que no sólo asisten al acto amigos del Consulado en Barcelona y de Democrats Abroad. También toda clase de estadounidenses afincados en estas tierras o catalanes próximos a la sociedad norteamericana. Aseguran que corre por la fiesta algún votante de McCain abduido por el fenómeno Obama.

17.00 horas del día en que se compartieron todos los amores.
En Madrid, en el Hotel Intercontinental, en plena avenida Castellana, comienza la fiesta. Me lo comunica un americano instalado en la capital española, Ron Otto, vía Facebook. "Organizamos un seguimiento en directo de los actos, se puede reservar a través de la web entradas.com pero el acceso es gratuito", cuenta Otto en inglés.

17.30 horas del día en que se pudo ser quién se es.
Esta tarde también se reune un grupo de estadounidenses en Palma de Mallorca para seguir la ceremonia, según informa Aitor F. Vallespir. "Hemos recuperado el orgullo de los norteamericanos", declaran a Diario de Mallorca.

18.00 horas del día en que se vivió lo que tocaba vivir.
Las imágenes por televisión son impresionantes. Demasiado impresionantes: tantas miradas de ilusión, tantos respaldos incondicionales, tantas caras más iluminadas que nunca. Pero ahora y aquí (o más bien dicho, allí) Obama habla: "Debemos cambiar el mundo". Habla de la crisis, de la necesidad de cambiar las formas de producción, de una nueva forma de relaciones internacionales, del trabajo duro... "Gracias, que Dios os bendiga, que Dios bendiga a América", sentenció al final.

19.30 horas del día en que se supo qué es ser libre.
"Llevamos toda la semana hablando de esto en los pasillos", se confiesa mi profesor Ewan. Clase de inglés en el Instituto Norteamericano. Hoy no va a explicar gramática, ni a seguir con el vocabulario del mundo judicial. No. "Esta es una cosa muy muy grande, increíble, histórica para los Estados Unidos", nos dice. Apunto la frase discretamente. Y durante la clase repasa de forma clara y muy sentida la rápida historia de la libertad racial en Estados Unidos. Nos habla de Martin Luther King, de Malcom X, de los conflictos en los años 60. Vemos en un vídeo bastante gastado el histórico discurso del año 1963: I have a dream.
Y nos habla de una cantante negra que luchó por la igualdad, que luchó por los derechos civiles: Nina Simone. "Si siguiera viva seguro que cantaría en la fiesta de esta noche", imagina Ewan. Y escuchamos su canción de 1967 I wish I knew how it would be to be free. Sueña con el día en que se rompan las cadenas, con el día en que desaparezcan los bares con barreras, con el día en que se comparta todo el amor del corazón, con el día en que se pueda vivir lo que tocaba vivir. Nina Simone sueña con el día en que sepa qué es ser libre.


Quizás ya no es un sueño. Quizás el día es hoy.

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